El ministro bonaerense Nicolás Kreplak denunció que el Gobierno nacional retuvo seis angiógrafos destinados a hospitales públicos de la provincia, lo que generó una fuerte respuesta de funcionarios nacionales.
El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, denunció públicamente que el Gobierno nacional retuvo seis angiógrafos que estaban destinados a hospitales bonaerenses. La acusación fue formulada durante una actividad oficial y rápidamente escaló en el plano político, desatando un nuevo cruce entre ambas administraciones.
Kreplak aseguró que los equipos ya estaban asignados a centros de salud públicos, incluyendo uno previsto para el Hospital Interzonal de Mar del Plata. Según explicó, su entrega fue interrumpida sin justificación técnica, lo que considera una medida de carácter político. «Le están quitando salud a los bonaerenses», advirtió el funcionario provincial.
La respuesta desde Nación no tardó en llegar. Referentes del oficialismo desmintieron la acusación y afirmaron que no hubo retención, sino una revisión administrativa sobre la asignación de los equipos. Sostienen que los recursos deben ser redistribuidos con criterios de “equidad federal” y que los angiógrafos aún no habían sido formalmente entregados.
Desde la provincia de Buenos Aires insisten en que los trámites estaban completos y que incluso algunos de los equipos ya habían sido despachados a sus destinos antes de la interrupción. También remarcaron que los hospitales beneficiarios fueron seleccionados por su alta demanda en prácticas cardiovasculares.
El episodio se suma a una serie de tensiones previas entre el gobierno nacional y las autoridades bonaerenses, en especial en lo que respecta al financiamiento de políticas sanitarias. Mientras tanto, especialistas del sector alertan que cualquier demora en la entrega de estos equipos podría afectar la atención de pacientes con patologías graves.
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