En su primer test del año, el oficialismo logró victorias clave en Chaco y Salta Capital, mientras que el peronismo profundizó su crisis.
El panorama político argentino tuvo este domingo un reordenamiento con impacto nacional. La Libertad Avanza (LLA), el partido que lidera el presidente Javier Milei, se impuso en Chaco y dio la sorpresa en Salta Capital, en lo que fue su primer test electoral del año. En contraste, el peronismo sufrió un marcado retroceso y la izquierda quedó relegada en todos los distritos.
Los resultados marcaron un nuevo avance territorial del oficialismo, que celebró dos triunfos propios y logró posicionarse como fuerza competitiva en escenarios antes dominados por el PJ o por alianzas provinciales tradicionales. En Salta Capital, el batacazo fue completo: un candidato libertario desplazó al espacio oficialista local con un fuerte caudal de votos jóvenes.
En Chaco, la victoria libertaria también evidenció un cambio de tendencia. Allí, el espacio de Milei consolidó su presencia en zonas urbanas, apoyado en una campaña centrada en la seguridad, la crítica al gasto público y el rechazo al kirchnerismo. La Libertad Avanza se mostró como la opción de cambio frente a una oposición fragmentada.
Por su parte, el peronismo perdió terreno en casi todas las provincias en disputa, reflejando una crisis interna que se profundiza. La falta de liderazgos claros, el desgaste tras años de gestión y la desconexión con la agenda social fueron señalados por analistas como factores clave en su retroceso. Mientras tanto, la izquierda no logró sostener sus escasos bastiones y se diluyó en la competencia.
El nuevo mapa electoral deja en evidencia que el poder político se está reconfigurando en las provincias. Con estos resultados, el oficialismo nacional refuerza su influencia territorial de cara a las próximas elecciones y obliga a la oposición a revisar su estrategia para evitar un desbalance aún mayor en los próximos comicios.