La temporada registró un 10,9% menos de turistas que el año pasado y la estadía promedio fue la más baja en tres años, en medio de una marcada baja del consumo.
Las vacaciones de invierno finalizaron con cifras preocupantes para el sector turístico argentino. Según datos relevados por distintas cámaras y entidades del rubro, la temporada registró una caída del 10,9% en la cantidad de turistas respecto del mismo período en 2024. La retracción se da en un contexto de fuerte ajuste económico, caída del poder adquisitivo y consumo retraído.
El dato más llamativo es la estadía promedio, que fue de apenas 2,8 noches, la más baja en los últimos tres años. Esto no solo refleja la menor movilidad de los viajeros, sino también el impacto directo de la inflación y el aumento de precios en alojamiento, transporte y servicios. Muchos destinos que solían atraer grandes volúmenes de visitantes, como la Patagonia y el Noroeste, tuvieron ocupación por debajo del 50%.
En algunas provincias, las autoridades locales y prestadores de servicios turísticos señalaron una reducción notoria en el gasto promedio por persona. Las escapadas cortas, el uso de transporte propio y el reemplazo de salidas o excursiones por actividades gratuitas fueron algunas de las estrategias más comunes de las familias para abaratar sus vacaciones.
Desde el sector privado advierten que el panorama es crítico, y que muchas pequeñas y medianas empresas del turismo no lograron cubrir sus costos operativos. En varios casos, las reservas se mantuvieron estancadas pese a las promociones y descuentos aplicados en portales y agencias.
La situación encendió alertas en las provincias más dependientes del turismo interno, que ahora piden medidas urgentes de incentivo por parte del Gobierno nacional. La baja de visitantes también afectó a la economía de numerosas localidades que durante el receso invernal registraban sus mayores ingresos anuales.
En este contexto, las expectativas para el resto del año se mantienen moderadas. Si bien algunos operadores confían en una leve recuperación para los fines de semana largos de primavera, otros advierten que, sin una mejora en el poder adquisitivo, el turismo nacional seguirá en declive.