Los menores condenados deberán enfrentar un nuevo proceso donde se les fijará la pena. Una movilización frente al tribunal en Pilar reclamó justicia antes del fallo de los jueces.
Dos menores fueron declarados culpables por el homicidio del empresario Andrés Blaquier, asesinado en octubre del año pasado cuando lo balearon para robarle la motocicleta en la que se trasladaba junto a su mujer a la altura del kilómetro 50 de la Autopista Panamericana. El veredicto de los jueces Alejandro Flori, Silvia Chomiez y Patricia Klentak se dio a conocer poco después en el tribunal ubicado sobre la avenida 12 de Octubre 1475, en la zona de Pilar.
La resolución sólo determinó la responsabilidad de los implicados, ya que, al ser menores, el Código Penal no permite que se establezca una pena. Ésta se les impondrá en un juicio de cesura que, estiman, se desarrollaría el año próximo. Durante los alegatos ante el Tribunal integrado por los jueces Alejandro Flori, Silvia Chomiez y Patricia Klentak, la fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Isidro, Paula Romeo, sostuvo que los dos imputados son culpables ya que tuvieron un “codominio funcional” de lo ocurrido, por lo que pidió que cuando cumplan la mayoría de edad sean alojados en una unidad penal.
En diálogo con la prensa, Magdalena de Elordy, la esposa de la víctima, expresó: “Fue un año difícil, de espera, pero siempre confiados en que la Justicia haga su trabajo. Mis hijos están conformes con lo que está sucediendo hoy”. Además, sostuvo: “Sabíamos que iba a ser así, largo, pero agradecemos que haya sido en un año. Espero que se cumpla lo que tenga que ser y que sea la mayor condena posible: perpetua”.
A su turno, el abogado del particular damnificado, Ramiro Salaber, también pidió que los dos acusados sean condenados por los mismos delitos y agregó el agravante de la “alevosía”, calificación con la que los imputados llegaron al debate.
Por su parte, las defensas de los adolescentes, encabezadas por los letrados María Paz Rodríguez Senese y Santiago Moisés, requirieron la absolución y, subsidiariamente, una condena por “homicidio en ocasión de robo”, un delito más leve. Tras los alegatos de las partes, los dos acusados se abstuvieron de declarar en sus “últimas palabras”.