Con el cierre de listas confirmado, los principales espacios políticos ya definieron sus candidaturas seccionales para las elecciones 2025. Competencia interna, figuras conocidas y nuevos nombres marcan el mapa electoral bonaerense.
El cierre de listas en la provincia de Buenos Aires dejó configurado un panorama diverso de cara a las elecciones legislativas de este año. Los principales frentes ya definieron a sus representantes en cada una de las ocho secciones electorales, dando lugar a internas competitivas y alianzas estratégicas que buscarán captar la atención de un electorado cada vez más volátil.
En Unión por la Patria, se destacan figuras de peso en la Primera y Tercera sección, donde el oficialismo apuesta a consolidar su representación. La estrategia combina intendentes con gestión vigente y legisladores que buscan renovar su banca. El enfoque territorial y la fidelidad al armado nacional marcan el tono de las candidaturas.
Juntos por el Cambio, por su parte, presenta listas cruzadas con nombres del PRO, la UCR y el sector de los libertarios que se sumaron en los últimos meses. La competencia interna será una constante en varias secciones, sobre todo en la Cuarta y la Quinta, donde las disputas locales entre halcones y moderados reflejan las tensiones del espacio a nivel nacional.
La sorpresa vino por el lado de La Libertad Avanza, que logró conformar listas en toda la provincia. Si bien varios de sus candidatos son poco conocidos, el sello de Milei y el respaldo presidencial apuntan a mantener su caudal de votos de 2023. En el sur bonaerense, en particular, aparecen postulantes que responden directamente a la Casa Rosada.
El Frente de Izquierda y otros espacios menores también completaron sus boletas, con foco en los distritos más urbanizados. Su desafío principal será superar los pisos exigidos para ingresar a la Legislatura y mantener representación en algunas secciones donde lograron presencia en elecciones anteriores.
Con este panorama, la provincia de Buenos Aires se encamina a una elección clave para reconfigurar el equilibrio legislativo. El escenario combina continuidad, renovación e incertidumbre, en un contexto de creciente polarización y reclamos sociales que también jugarán su propio partido en las urnas.