La ministra asumirá como jefa del bloque libertario en reemplazo de Ezequiel Atauche. La Casa Rosada busca así fortalecer su posición en la Cámara Alta y acorralar a Victoria Villarruel en medio de una creciente interna dentro del oficialismo.
A poco más de un mes del recambio legislativo, el Gobierno avanza en una reconfiguración del Senado con el objetivo de recuperar la iniciativa política y limitar el poder de Victoria Villarruel. En ese marco, Patricia Bullrich fue confirmada como nueva jefa del bloque de La Libertad Avanza, en reemplazo del jujeño Ezequiel Atauche. La decisión se enmarca en una estrategia impulsada por Karina Milei y Martín Menem para ordenar el espacio libertario y cerrar filas en torno al presidente Javier Milei.
Bullrich agradeció la designación en sus redes sociales y afirmó que trabajará “para encabezar el bloque de LLA en el Senado”. Su rol en la cámara alta había generado especulaciones desde su desembarco en el Congreso, y ahora el Gobierno espera de ella una actitud confrontativa frente a Villarruel, con quien las tensiones vienen en aumento. La relación entre ambas se deterioró tras la salida de Guillermo Francos, último nexo entre la vicepresidenta y Balcarce 50. “Yo no robo y no he realizado traición alguna”, expresó Villarruel en redes sociales, en respuesta a las acusaciones internas.
En paralelo, Karina Milei impulsa a la neuquina Nadia Márquez como posible presidenta provisional del Senado, desplazando a Bartolomé Abdala, cuya buena relación con Villarruel generó desconfianza. Si la maniobra prospera, el oficialismo consolidará poder en una Cámara que hasta ahora le fue esquiva. Atauche, por su parte, buscará quedarse con la presidencia de la Comisión de Presupuesto, una de las más sensibles del Congreso.
El desembarco de Bullrich en el Senado coincide con un nuevo intento del Gobierno por reorganizar sus fuerzas legislativas. La Libertad Avanza pasará de tener cinco senadores a contar con 21, mientras el interbloque Unión por la Patria reducirá su representación. La ministra apunta a tejer alianzas y asegurar la aprobación de las reformas estructurales que el Ejecutivo necesita. Desde el America Business Forum, Milei anticipó que “en diciembre tendremos el Congreso más reformista de la historia argentina” y volvió a acusar a la oposición de “golpista”.
En tanto, Villarruel volvió a marcar distancia con la Casa Rosada a través de mensajes en redes sociales. “Ustedes creen que se debe ser servil y obsecuente, y yo no lo soy”, respondió ante las críticas de un usuario. Más tarde insistió: “No robo, laburo mucho y no he realizado traición alguna. El resto son chismes de panadería”. La vicepresidenta también ironizó sobre las listas de candidatos impulsadas por Karina Milei y los Menem: “El chiste se cuenta solo cuando vemos las listas llenas de peronistas”.
Con la llegada de Bullrich, el oficialismo busca ordenar su frente interno, neutralizar al kirchnerismo en el Senado y reposicionar la agenda libertaria. Pero la interna entre Villarruel y la cúpula del Gobierno promete mantener en tensión la convivencia dentro del espacio durante los próximos meses.






