Este domingo, el sumo pontífice debió interrumpir su reflexión del Jubileo por su compleja situación de salud.
El pasado domingo, el papa Francisco detuvo su discurso en la Plaza de San Pedro durante la celebración del Jubileo de las Fuerzas Armadas. Con evidentes signos de malestar, el pontífice se disculpó y delegó la lectura a Monseñor Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas.
“Ahora pido disculpas y pido al maestro que continúe la lectura debido a la dificultad para respirar”, manifestó Jorge Mario Bergoglio ante miles de fieles y miembros de las fuerzas armadas de varios países. Su voz afectada y frecuentes episodios de tos preocuparon a los asistentes.
La cabeza de la santa sede no solo enfrenta los problemas propios de la edad como la movilidad reducida o ciertas limitaciones físicas. En el 2024, el excardenal Jorge Bergoglio debió suspender distintos compromisos y viajes programados por problemas de salud.
El papa Francisco padeció y todavía lo aquejan patologías respiratorias crónicas como bronquitis que, a su edad, se agudizan y pueden afectarlo al punto de tener que suspender su agenda como pasó en las audiencias de fin de año o en la misa de este domingo 9 de febrero.
Sin embargo, el Vaticano confirmó que el referente eclesiástico planea mantener su esquema tal cual está planeado, aunque pueden surgir «imponderables». De hecho, en el Jubileo de las Fuerzas Armadas, el jefe de Estado en Roma recibió a más de 30.000 militares que recibieron su mensaje.