Con un marco imponente y el trofeo del Mundial de Clubes como testigo, el equipo de Martín Demichelis se impuso ante el Boca de Fernando Gago y se quedó con una nueva edición del clásico argentino.
River Plate se quedó con el Superclásico tras vencer 2-1 a Boca Juniors en el estadio Monumental, en un partido que tuvo de todo: emoción, intensidad y un marco inolvidable. Los goles del equipo de Martín Demichelis llegaron en momentos claves del encuentro y le permitieron consolidar su dominio ante su eterno rival.
Desde el inicio, River se mostró más sólido y con mayor iniciativa en el juego, algo que se tradujo en el marcador. Boca, dirigido por Fernando Gago, intentó reaccionar pero no logró plasmarlo con claridad en el campo, a pesar de haber conseguido el descuento sobre el final.
Un condimento especial fue la presencia del trofeo del Mundial de Clubes, exhibido antes del pitazo inicial, que elevó aún más la expectativa del público presente. El triunfo de River, con semejante telón de fondo, reforzó el ánimo de un equipo que busca mantenerse protagonista tanto a nivel local como internacional.
El Superclásico no estuvo exento de polémicas y momentos de tensión. Algunos fallos arbitrales discutidos y un cierre vibrante mantuvieron la incertidumbre hasta el último segundo, pero finalmente River logró sostener la ventaja y quedarse con los tres puntos.
Con esta victoria, River consolida su buen presente y suma un envión anímico clave de cara a los desafíos que se avecinan. Para Boca, en cambio, el golpe obliga a replantear su funcionamiento de cara al tramo final de la temporada.