El conflicto entre el gobierno nacional y la provincia austral se profundiza tras la decisión de eliminar aranceles para la importación de teléfonos. Protestas, paros y advertencias por el futuro del régimen industrial fueguino.
La eliminación de los aranceles a la importación de celulares por parte del Gobierno nacional desató una fuerte crisis con Tierra del Fuego, una provincia cuya economía depende en gran medida de la industria electrónica. La medida, que busca bajar el precio de los dispositivos en el mercado interno, fue interpretada por autoridades locales y sindicatos como un golpe directo al régimen de promoción industrial vigente desde hace décadas.
En respuesta, trabajadores del sector electrónico iniciaron un paro en las plantas de producción y manifestaciones públicas en defensa del empleo. Las empresas radicadas en la isla también advirtieron que podrían reducir personal y frenar inversiones si se mantienen los cambios en la política comercial. El gobernador Gustavo Melella calificó la decisión como “una traición al federalismo productivo”.
Desde la Casa Rosada, sin embargo, justificaron la medida en la necesidad de mejorar el acceso de los argentinos a la tecnología y fomentar la competencia. Voceros oficiales indicaron que los precios de los celulares en Argentina se encuentran entre los más altos de la región, y que eliminar barreras a la importación permitirá una baja significativa para los consumidores.
El régimen fueguino, creado en 1972, otorga beneficios fiscales a las empresas que fabrican productos electrónicos en la provincia. Durante años, fue defendido como una herramienta de desarrollo económico y poblacional del sur del país. Ahora, sus detractores sostienen que se ha convertido en un esquema costoso y poco eficiente.
El conflicto promete escalar en los próximos días, con nuevas medidas de fuerza por parte de los gremios y una creciente presión política en el Congreso. Mientras tanto, cientos de trabajadores en Tierra del Fuego temen por la continuidad de sus puestos laborales, y la tensión entre Nación y la provincia más austral del país sigue en aumento.