El presidente de Brasil anunció una nueva norma que refuerza la protección a los agentes de seguridad y endurece las penas por obstruir investigaciones. El país sigue conmocionado tras el operativo policial más letal de Río de Janeiro, que dejó más de 130 muertos.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó este miércoles una ley que busca fortalecer la lucha contra el crimen organizado, en medio de la conmoción por la masacre ocurrida en Río de Janeiro durante la llamada Operación Contención. El nuevo marco legal incrementa la protección de los agentes públicos que combaten las organizaciones criminales y endurece las penas para quienes intenten obstaculizar las investigaciones.
Lula insistió en que el país necesita “una política de seguridad pública moderna, integrada y que no convierta las favelas en zonas de guerra”. Según explicó, el objetivo del proyecto —enviado por el Ejecutivo y aprobado en el Congreso— es unificar a las distintas fuerzas policiales y establecer mecanismos de control federal sobre las operaciones regionales. “El gobierno brasileño no tolera a las organizaciones criminales y actúa con mayor firmeza para combatirlas”, expresó el mandatario a través de sus redes sociales.
El anuncio se produjo en un clima de fuerte tensión tras la operación lanzada el martes por el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, que dejó un saldo de 121 muertos —cuatro de ellos policías— y 113 detenidos, de acuerdo con los datos oficiales del gobierno estatal. Sin embargo, la Defensoría Pública advirtió que la cifra de víctimas asciende a 132, y que entre los fallecidos hay personas que no pertenecían a facciones criminales.
La masacre desató una ola de denuncias por presuntas ejecuciones sumarias y uso desmedido de la fuerza. Lula, que desde el inicio de su mandato busca diferenciarse del enfoque represivo de su antecesor Jair Bolsonaro, reiteró que su gobierno “combatirá el crimen sin criminalizar la pobreza”.






