El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, respaldó los planes de reforma del Gobierno, aunque pidió incluir a los trabajadores en la discusión. Advirtió sobre la presión impositiva y la caída sostenida del sector: “Despedimos 125 mil empleados y seguimos en una meseta baja”.
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss, expresó su apoyo a la intención del Gobierno de Javier Milei de avanzar con reformas estructurales en los planos laboral, impositivo y previsional, aunque reclamó que los cambios se discutan con la participación de todos los actores involucrados, especialmente los trabajadores.
“Tenemos un problema grave con los impuestos que afectan a las industrias. Eso encarece el precio final y frena la competitividad”, advirtió Weiss en diálogo con Radio 750. “Son temas que hay que debatir, y se deberá llegar a una solución de consenso entre todos los sectores”, añadió.
El empresario consideró que el país enfrenta un “serio problema laboral”, con un 40% de informalidad, y apuntó a la necesidad de encarar un proceso de modernización. También sostuvo que el sistema previsional requiere una revisión estructural: “En todo el mundo la gente vive más años y los trabajadores formales no pueden sostener el sistema actual”.
Consultado sobre si la crisis laboral responde más a la coyuntura económica que al marco legislativo, Weiss señaló que “Argentina lleva medio siglo sin encontrar un camino de desarrollo sostenido”. “Desde el Rodrigazo en adelante se profundizó una decadencia que nunca se revirtió. Los factores son múltiples, pero el resultado es una caída permanente”, analizó.
Respecto a la situación del sector, el titular de CAMARCO fue contundente: “La construcción tuvo una caída muy fuerte entre junio de 2023 y junio de 2024. Desde entonces se estabilizó, pero en un nivel 25% inferior al del año pasado. Despedimos 125 mil trabajadores y el nivel de actividad se mantiene en una meseta baja”.
Weiss explicó que la recuperación depende en gran medida del contexto económico: “La obra privada se mueve con el crecimiento de la economía, y la obra pública depende de los fondos del Gobierno. Si no hay una política que impulse la actividad, el panorama seguirá estable, pero en niveles bajos”.






