El Gobierno de Petro aceptará a los ciudadanos expulsados por Washington después de horas de tensión marcadas por amenazas cruzadas de sanciones comerciales.
La Casa Blanca dio por cerrada la crisis con Colombia sobre las repatriaciones de inmigrantes al asegurar a última hora del domingo que el Gobierno de Bogotá acepta «todos los términos del presidente Trump» al respecto.
El impasse -como lo calificaron desde Bogotá- tuvo su origen en la decisión del presidente Donald Trump de deportar a cientos de colombianos y en la negativa de su par colombiano, Luis Petro, a recibirlos en su país.
Tras ello, Trump ordenó una serie de sanciones comerciales que impondrían aranceles de hasta un 50% sobre los productos colombianos y restricciones migratorias para los funcionarios del Gobierno y sus aliados. Petro, por su parte, anunció que tomaría una idéntica medida.
Según el comunicado de la Casa Blanca, el Gobierno de Colombia aceptó los términos impuestos por el presidente Donald Trump, incluida la aceptación «irrestricta» de «todos los extranjeros ilegales de Colombia regresados de Estados Unidos». Además, informó que la administración de Trump dejó sin efecto las sanciones comerciales que había anunciado el mandatario. Aunque, aclaró, se rserva el derecho de retomarlas en caso de que su contraparte incumpla los términos del entendimiento.
Colombia es el tercer socio comercial de Estados Unidos en América Latina, mientras que el mercado estadounidense es el principal destino de las exportaciones colombianas. Un conflicto económico habría impactado seriamente esta relación comercial.
Desde el inicio de su mandato, Donald Trump ha endurecido las políticas migratorias. Declaró la inmigración ilegal como una emergencia nacional y ordenó al ejército reforzar la seguridad en la frontera. También restringió el asilo y limitó la ciudadanía para hijos nacidos en territorio estadounidense.