La medida alcanza a productores afectados por sequías y otros fenómenos climáticos adversos, y busca aliviar la crítica situación del sector en ambas provincias
El Gobierno Nacional prorrogó la declaración de emergencia agropecuaria en las provincias de Santa Fe y Chaco hasta el mes de septiembre, en respuesta al impacto sostenido de condiciones climáticas extremas que afectan a miles de productores. La decisión fue oficializada tras la solicitud de autoridades provinciales, que advirtieron sobre la persistencia de la sequía y las complicaciones para la producción.
En Santa Fe, la medida abarca a numerosos distritos que continúan enfrentando graves pérdidas en cultivos y ganadería. Desde el Ministerio de Producción provincial explicaron que las lluvias recientes no alcanzan para revertir el daño acumulado durante los últimos meses, y que muchos productores siguen sin poder afrontar sus compromisos económicos.
Por su parte, en Chaco la situación también es crítica, especialmente en el norte y centro de la provincia. La emergencia incluye beneficios fiscales y crediticios, como la postergación de vencimientos impositivos y la posibilidad de acceder a líneas de financiamiento con condiciones especiales. Estas herramientas son consideradas clave para sostener la actividad y evitar una mayor caída en el empleo rural.
Los gobiernos provinciales valoraron la prórroga, aunque reclamaron mayor asistencia y coordinación con Nación para atender de forma estructural la crisis del agro. Desde el sector productivo, en tanto, las entidades rurales alertan sobre la necesidad de políticas de fondo que garanticen previsibilidad frente a fenómenos climáticos cada vez más frecuentes.
La extensión de la emergencia refleja el complejo panorama que atraviesa el campo argentino, en un contexto de incertidumbre económica general y con la producción agropecuaria como uno de los motores fundamentales para la recuperación del país. El desafío ahora será transformar estas medidas de alivio en soluciones sostenibles a largo plazo.