En solo tres meses, YPF acumuló pérdidas por 10 millones de dólares, atribuibles a un fuerte incremento en su presupuesto de publicidad durante la campaña electoral.
La situación financiera de YPF vuelve a encender las alarmas. La petrolera estatal registró una pérdida de 10 millones de dólares en tan solo el primer trimestre del año, un dato que contrasta con los balances anteriores y que pone el foco en el uso de recursos durante la última campaña electoral.
Según diversas investigaciones periodísticas, el déficit estaría directamente relacionado con un fuerte incremento en el gasto publicitario autorizado por Santiago Carreras, responsable de la estrategia comunicacional de la compañía y vinculado al oficialismo. Fuentes internas de YPF señalaron que el presupuesto destinado a publicidad se disparó de forma inusual, con contrataciones directas y sin control aparente.
Los medios coinciden en que gran parte de esos fondos fueron canalizados hacia espacios afines al Gobierno, lo que alimenta las sospechas de un uso político de los recursos públicos. El desvío de partidas hacia propaganda electoral, en un contexto de recorte generalizado en otras áreas, generó malestar dentro de la propia empresa.
Además del impacto económico, el episodio reaviva el debate sobre la transparencia en las empresas estatales. Legisladores de la oposición ya pidieron informes sobre los criterios de asignación de publicidad oficial y la rendición de cuentas de los responsables.
Con esta situación, YPF no solo enfrenta un problema financiero, sino también un frente político y judicial que podría escalar en los próximos meses. La utilización de fondos públicos para fines electorales vuelve a estar en el centro de la escena.